- Materiales de baja calidad
Si apuestas por las alarmas caseras más baratas y por la instalación propia para ahorrar dinero, lo más normal es que la vida útil de las alarmas sea muy corta. Más allá de la fiabilidad de los materiales y de que puedan fallar en su activación, la batería de estas alarmas suele fallar bastante y acabarse pronto. De este modo que si no eres consciente puede darse el caso de que la alarma ya no esté funcionando y tú no te hayas dado ni cuenta.
- Fallos humanos
Lo más probable ante la instalación de una alarma casera es que esta se active sin motivo alguno. Es decir, que dé una falsa alarma por una mala configuración. Al no ser especialistas en este tipo de productos, es muy fácil cometer algún fallo y que la configuración no sea la adecuada. Por ejemplo, a la hora de conectar los detectores, y que no se activen cuando toca. O en el caso de tener una mascota en casa, que se activen las alarmas si se ponen a jugar, por ejemplo.
Otro error habitual es no tener en cuenta que ventanas y puertas puedan estar sueltas o cerradas incorrectamente. Y ante estas situaciones, si por el aire o cualquier otro elemento externo se produce un movimiento, es muy probable que suene la alarma, dando además de una falsa alarma, un gran susto.
- Instalación de elementos de seguridad incompatibles
Si además de las alarmas caseras decides colocar otros elementos como cámaras de seguridad, detectores de movimiento… puede que se produzcan fallos en su funcionamiento si no están colocados en las zonas pertinentes. Por ejemplo, si una cámara está cerca de un detector de movimiento puede que se produzcan interferencias electromagnéticas que condicionen el funcionamiento de ambos. Por lo que será una inversión en vano.
Esta es otra de las razones por las que es importante contar con un profesional que analice los diferentes espacios a proteger y determine dónde colocar cada material. Los ladrones normalmente son profesionales que estudian sus ingresos y que conocen y analizan los diferentes sistemas de seguridad. La instalación de alarmas caseras supone un blanco fácil para estos intrusos, ya que son conscientes de sus limitaciones y cuentan con los recursos necesarios para manipularlas y sortear su detección. Es por ello que, si quieres proteger a tus seres queridos de intentos de robo, esta no será la mejor idea.