Los riesgos laborales se pueden clasificar según sus consecuencias cómo:
- Eventos imprevistos, no deseados, que interrumpen el desempeño normal de operaciones o procesos y que pueden producir daños a las personas, propiedades o medio ambiente.
- Enfermedades profesionales. Son lesiones orgánicas o trastornos físicos o mentales, temporales o permanentes, causados en y con ocasión del trabajo. Las afecciones consideradas enfermedades profesionales son determinadas por las leyes y organismos internacionales como la OIT o la OMS
También pueden clasificarse según su origen como:
- Riesgos físicos. Son los generados por las alteraciones del ambiente en el lugar de trabajo. Incluyen ruido, vibraciones, iluminación, temperatura y radiaciones.
- Riesgos químicos. Producidos por los materiales con los que se trabaja. Los daños pueden ser ocasionados por el estado de un producto químico, como gases, aerosoles o vapores. También, por su efecto en el organismo (irritación, asfixia, intoxicación, alergia, cáncer, entre otros).
- Riesgos biológicos. Son sustancias de origen vegetal o animal presentes en los lugares de trabajo, que pueden causar enfermedades o malestar. Se refiere a virus, hongos, bacterias o parásitos presentes en las materias primas o el ambiente.
- Riesgos disergonómicos. Derivan de una relación inadecuada con el mobiliario, máquinas o instalaciones, que pueden afectar la salud del empleado, ser la causa de errores, fatiga o accidentes.
- Riesgos meteorológicos. Si bien no son atribuibles al trabajador ni al empleador, deben tenerse en cuenta como parte de la gestión de riesgos de la organización.
- Riesgos psicosociales. Características del trabajo que generan estrés o tienen efectos sobre la conducta, concentración y estado de ánimo del personal.
- Riesgos de seguridad. Dentro de estos se encuentran los problemas con las instalaciones de servicios, el orden, la limpieza, la señalización y las pautas de trabajo indicadas en manuales y procedimientos. Incluyen los riesgos mecánicos, provenientes de elementos, herramientas, infraestructura o instalaciones en general.
Las empresas y las industrias tienen la obligación de evaluar, evitar y combatir los riesgos laborales desde su origen. También de planificar la prevención y velar por el cumplimiento de las normas de seguridad por parte de los trabajadores. Por su parte, los empleados también tienen responsabilidad en el riesgo. Por ende, ellos deben cumplir con sus tareas con todas las medidas reglamentarias y colaborar con la mejora continua de las condiciones de seguridad. Cada tipo de riesgo exige sus propias medidas de prevención, de acuerdo a las buenas prácticas, leyes y normas que se dicten. Así, las técnicas de prevención actúan sobre la probabilidad y frecuencia de materialización del mismo. La herramienta clave es la evaluación de riesgos. Este es un estudio técnico que analiza las condiciones de un puesto de trabajo para obtener una lista de los focos de potenciales conflictos. De allí surgen los riesgos que pueden eliminarse fácilmente y los que deben ser monitoreados en forma continua. Luego, la empresa deberá tomar los recaudos correspondientes